jueves, 9 de octubre de 2014

EL 9 DE OCTUBRE DE 1820





El 9 de Octubre de 1820 es una de las gestas históricas más grandes del Ecuador, más grandes de América. Sin el 9 de Octubre de1820, habrían quedado frustrados los esfuerzos del 10 de Agosto de 1809, habría sido estéril la sangre de los próceres en el Cuartel Real de Lima, pues se la incorporó al carro triunfal de la victoria y actualizó ese holocausto heroico”.

 “El 9 de Octubre tiene tesis que no pueden desaparecer y que no desaparecerán del alma nacional y de la vibración del espíritu del Ecuador entero. El 9 de Octubre significó la libertad de Guayaquil, del Guayaquil independiente y libre, con sus tres estrellas, con la estrella de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad, con las estrellas del idealismo, del patriotismo y del vigor cívico”.
 “Ese Guayaquil independiente del 9 de Octubre de 1820 significó que desde aquí mismo se movilizó el patriotismo ecuatoriano.

El general Sucre lanzó sus ejércitos a la conquista de la libertad de la Sierra para producir poco después la Batalla del Pichincha, sonando en los fastos históricos como un colosal eco de los próceres de Octubre. De ahí que el 9 de Octubre constituya una de las bases de la nacionalidad.

De ahí que esa fecha fortifica nuestra forma de ser autónoma, libre, consciente e independiente". "Pero el hecho no queda allí. Allí se hubiese quedado si el 9 de Octubre no tuviese sino una  mera función instrumental para la patria ecuatoriana.

Es que va mucho más allá, es que desde Guayaquil se proyecta el heroísmo guayaquileño sobre el sur del continente americano, porque desde Guayaquil se engendran las grandes batallas que dieron plena libertad a la América con las batallas de Junín y de Ayacucho". "Aquí está el resumen: América libre, el Ecuador constituido, merced y gracias al 9 de Octubre de 1820".

En este magistral discurso del presidente Camilo Ponce Enríquez, dado en 1957 en el Puerto Principal, en el aniversario octubrino (cuando el presidente era real presidente y los discursos  eran discursos), se destacó el brillante episodio de 1820, con su valía intrínseca y, además, como el eslabón indispensable entre el Grito de la Independencia de Quito y la libertad integral de América del Sur. Sin ese anillo, habrían sido estériles las acciones iniciales y se habría dilatado la acción emancipadora integral.

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