GOYA:
Francisco de Goya |
Francisco de Goya y Lucientes nació en 1746
en Fuendetodos, un pueblo de la provincia de Zaragoza. Estudió el barroco italiano, constituyendo
este su primer aprendizaje. De regreso a Zaragoza realizó sus pinturas murales
del Pilar.
Francisco de Goya se limitó casi en exclusiva
a pintar escenas costumbristas hasta la edad de 40 años, desde el punto de
vista social su experiencia no puede ser más completa. Provenía de una familia artesanal
lugareña, se codeó con la aristocracia de la corte e incluso con la familia
real, pero por talante se convirtió en amigo de los intelectuales reformistas.
Francisco de Goya fue un protegido de la
Duquesa de Osuna lo que le permite convertirse en el año 1785 en pintor del rey
Carlos III, y en 1799 en el pintor de cámara del rey Carlos IV. La proximidad
de la familia real le convierte en el retratista de moda de la aristocracia de
la época.
Hacia 1790, Francisco de Goya, padeció una
enfermedad que le dejó sordo, esta dolencia tuvo un gran influjo en la obra. El
dolor propicia una auténtica metamorfosis en su personalidad artística; en otro
momento posterior fue el dolor colectivo el que terminó de dar una nueva
dimensión a la obra de Goya. La sordera le inclinó a aislarse, dejó de ver la
sociedad desde un ángulo positivo y comenzó a verla desde un ángulo negativo.
En esta época pintó las primeras obras conocidas como "Caprichos".
Obras concebidas como una libre divagación de un mundo sin sentido y que de
ninguna forma podían estar destinadas a su antigua clientela. Al mismo tiempo
continuó cumpliendo sus encargos de retratista. En 1800 pintó " La familia
de Carlos IV".
A partir de 1808 la guerra de la
independencia va a suponer para Goya una experiencia dolorosa que va a
intensificar su veta pesimista y crítica.
Las escenas del 2 de mayo y la serie de
grabados de los Desastres señalan cotas pocas veces alcanzadas en la expresión
del dolor de un pueblo y de la degradación de los sentimientos. Tras la guerra,
Fernando VII, le repone en su puesto de pintor de cámara a pesar de haber sido
retratista de José I (hermano de Napoleón).
Goya se aísla del trato mundano ya que
deplora, como liberal convencido, los excesos del absolutismo. Es en esta época
cuando Goya pinta sus pinturas negras.
En 1823 Goya decidió abandonar España como
consecuencia de la represión absolutista y se instaló en Burdeos donde murió en
1828.
La relación del artista con la sociedad se
evidencia con trazos muy claros en el caso de Francisco de Goya. El pintor
dotado de un vitalismo optimista cuando pintaba los cartones para tapices, en
su primera época, desaparece con la sordera y de una manera más definitiva con
la guerra para dar paso a un artista más amargamente crítico y cuya fantasía
crea un mundo alucinante de brujas y monstruos.
Goya representó seis estilos diferentes en
sus obras: costumbristas, retratos, pinturas religiosas, temas patrióticos,
pinturas negras, grabados y dibujos.
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