Aquellos que consideran que todo lo
histórico es pasado, son aquellos que se condenan a no hacer nada histórico en
su presente.
Cuán importante es conocer que los
resultados de las gestas emancipadoras o libertarias nos darían nuevos bríos y
la conciencia de identidad que busca no perderse con el tiempo.
En épocas de la colonia se desconocía que pequeños intentos
de revolución darían inicio a nuevos cambios generacionales, conceptos de unidad
y la aceptación de nuestras diferencias.
Y es oportuno con respecto a la fecha reavivar el patriotismo,
que flamear nuestras banderas y hacer orgullo de nuestros símbolos patrios nos
da un sentido de pertenencia por nuestra tierra, reconsiderar esas ganas
que tenemos todos de refundar una nueva república,
de contribuir con la historia, de eliminar barreras regionalistas, de
comprender que somos un solo país tratando de sobrevivir de cientos de batallas
y procesos.
Es nuestro agosto, el mes de la insubordinación ante el yugo colonizador, en el que
la generación de este nuevo siglo debe comprometerse en revalorar todo aquello que nos invite a la
unión, a evitar el enfrentamiento de nuestras sociedades y a defendernos de entre la desdicha, la opresión,
y las afrentas contemporáneas que evitan que seamos protagonistas del desarrollo
de nuestro país y de nuestro continente.
Nuestros héroes tienen su puesto en la historia, de
nosotros depende mantener las causas, esas que nos hacen cambiar los destinos y
nos hacen creer que todo vale la pena.
10 de agosto del 2016
DOMÉNIKA SÁNCHEZ
LANDÍN
ADMINISTRADORA DE MUSEO ULEAM
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